miércoles, 9 de marzo de 2011

EL MONIGOTE DE PAPEL

Era una mañana de primavera. Una niña estaba jugando en su habitación: primero cogió un tren, luego una pelota, un rompecabezas... Pero todo le aburría. Por allí encima había un periódico, lo cogió y se puso a jugar con él. Primero hizo un sombrero y se lo puso en la cabeza, después un barco y lo hizo navegar por la pecera... pero también se cansó de la gorra y del barco.
Entonces cogió unas tijeras y empezó a recortar formas... y después de intentarlo durante un ratito, le salió un monigote de papel. Empezó a jugar con él y sin darse ni cuenta se le pasó la mañana.
Por la tarde la niña bajó al parque y como se lo estaba pasando muy bien se llevó a su monigote de papel. ¡Allí estaban sus amigos esperándole!
Al monigote de papel le gustaron mucho los juegos de los niños y los niños también estaban contentos con aquel personaje tan estrafalario. Finalmente, ya cansados se sentaron a descansar.



El monigote de periódico era muy feliz y quería que todos los niños estuvieran muy contentos, como él y por eso empezó a contarles las historias que sabía... ¡Él estaba lleno de historias!... Pero sus historias eran de guerra, de calamidades, de miseria... Entonces los niños se quedaron muy tristes y algunos hasta se pusieron a llorar. Entonces el monigote de papel de periódico pensó: “Esto que yo sé no es bueno, porque a los niños les hace llorar...” y se quedó pensativo y triste, se apartó y se fue a un rincón... ¡Él quería CAMBIAR para poder ayudar a los niños, para que estuvieran alegres y felices!

¿Nos parecemos nosotros a este monigote cuando estamos enfadados, cuando nos insultamos, nos peleamos con los demás?
¿No será que nosotros a veces también estamos tristes y oscuros como este muñeco?
¿Qué podríamos hacer para cambiar?
Para ayudarle, ¿qué os parece si le damos un poco de nuestra alegría, que le dará color y luz?

-        “Queremos ponerle unos brazos y manos para que pueda abrazar y acariciar a las personas que quiere”.

-        “Queremos ponerle unas piernas y pies para que pueda andar e ir a donde le necesitan”.

-        “Le vamos a poner una cabeza con sus ojos bien abiertos para poder mirar con ternura. Unas orejas para escuchar a su alrededor y una boca bien grande para sonreír a todos”.












-        “Por último un corazón bien grande donde quepa todo el mundo”.





¿A qué ha quedado más bonito y más alegre que antes?
Nosotros, como el monigote, queremos cambiar todo lo triste y oscuro que a veces tenemos, queremos llevar alegría a los que están tristes, escuchar a los que nadie hace caso, ser cariñosos y sobre todo tener un corazón así de grande donde quepa todo el mundo como el del monigote de papel.

(Basado en el cuento..."El hombrecillo de papel", de Fernando Alonso. )
Versión adaptada para ser un tilín mejores....

5 comentarios:

  1. jajajajaja... muy bonito!... muy verdad...
    no queda mal -esteticamente-... sería bueno que quedara menos espacio entre los monotes ojos (2 imágenes) y el monigote que sonrie... pero si no es posible no te preocupes... no es muy grave.
    y la historia es preciosa.
    besos natty...
    bona nit

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  2. gracias, juan Miguel...
    Soy patosa con esto y así me salió..
    Un abrazo

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  3. Ummmmm, Natty, he estado como 5 minutos intentando ligar un comentario a tu entrada y cuando creía que lo tenía, me dá la sensación de que o me quedo corto, o me paso. y entonces lo he entendido, me he bajado hasta mis 7 u 8 añitos y todo está claro, pero cuando vuelvo a mis 47.....
    Moraleja:
    SIGAMOS MANTENIENDO UN BUEN PORCENTAJE DE ESPIRITU INFANTIL PARA PODER SER MEJORES ADULTOS!!!!!!!
    Muxutxuak, Natty. Ah, eres un encanto. En serio.
    Lebis.

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  4. gracias Lebis por el halago...
    Muxutxuak.

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  5. Mmmmm, excelente historia del monigote de papel, para segir motivando a los niños sobre su esquema corporal de una manera divertida y más realista.

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