domingo, 15 de julio de 2018

Paco Ibáñez en Zamora!!!

Ehhhhh...!!! Natty...!!!! Sh! Sh!! (y un relincho) que estoy aqui!!!!

Imposible olvidarme!!! Mi unicornio azul querido apareció de nuevo!!!

Esta vez en forma de canción, de poesía, de nostalgia y de emoción!!!

Apenas 48 horas antes me enteré que venía Paco Ibáñez a Zamora!!! Y que iba a cantar en la incomparable plaza de la Catedral. Justo ese día se cumplían dos años de la actuación de Quilapayún en el mismo sitio.

Mi unicornio sabe que Paco Ibáñez fue el  cantante que hace mas de 20 años me hizo llorar tanto en el teatro Principal de Zamora. Entonces fui con mi hermana y las dos salimos emocionadas de aquel concierto. Nunca pensé que iba a tener la suerte de verlo de nuevo en mi ciudad.

Pues llegó la magia a esa plaza. Nos acercamos a coger sitio mis padres, mi hijo y yo porque esta vez iba a vivir este concierto con toda mi familia. Y allí llegó él para probar el sonido. Corrimos a saludarle mi hijo y yo y tuvimos la suerte de darle un abrazo e incluso mi hijo Miguel le pidió que no se olvidara de cantar "La mala reputación". Paco le dio un golpe en la espalda y le dijo: Claro, chaval!!

Pasadas las 10 de la noche y salió al escenario. Mas de 1500 personas en la plaza estallaron en un aplauso largo. Entre ellos, en primera fila...yo y mi familia...mi hijo pequeño, mis padres, mis hermanos y mis sobrinas pequeñas. Aplaudiendo con ganas. Si, iba ser un concierto especial. Por eso pasó mi unicornio a recogerlo...

Saludó diciendo que estaba encantado de actuar en la república de Zamora y animó a cantar a todos con él.
Cantó La mala reputación para alegria de mi hijo (aunque él me ha confesado que desde ya es fan de Paco, jajaja. Se sabía casi todas), cantó El lobito bueno para alegría de mis sobrinas...y cantó Palabras para Julia para llorar con mi hermana...y acabamos toda la familia galopando con el casi himno..."A galopar"

Y se hizo magia en aquella plaza. Con esa voz profunda de cantor de ayer y de hoy y con su guitarra como un mástil, sus palabras eran como balas acústicas con las que cabalgamos, enterramos a poetas dignamente, nos convertimos en aceituneros para exprimir el olvido andaluz, entramos en Granada, cantamos en gallego, en euskera, bailamos sin movernos al son del acordeón argentino cuando todo en nosotros fue naufragio, nos mimetizamos en piedras pequeñas y cantos rodados cual poeta zamorano León Felipe y quedó claro que ya no hay locos...o si...quizás algunos quedan...

Si, hubo magia en esa plaza. Con 84 años , Paco Ibáñez es ejemplo de vida...de los que persisten porque creen en lo que hacen. Y ahí estaba mi unicornio con todos los que quiero, guardando este ejemplo de coherencia para que yo pueda recordarlo si lo olvido.

Ya no hay locos....o si...














Pd: Mi unicornio y yo soñamos con otro concierto en esa plaza con alguien único (guiño)