martes, 26 de octubre de 2010

El hilo del tiempo

Javier era un niño de diez años muy especial: le gustaba soñar con los ojos abiertos. Sobre todo en el cole, cuando la lección no le gustaba, se le ocurría de todo. La profe, que lo consideraba inteligente, aunque un poco vago, le preguntó un día, algo enfadada:
-Javi,¿qué estás pensando?

Javier le contestó:
-Estoy imaginando qué haré cuando sea mayor.

-Anda,anda, disfruta de esta edad maravillosa y espera que los años de juventud vengan lentamente.

Javier no entendió esas palabras. Á él no le gustaba esperar. Cuando era invierno y patinaba sobre el hielo ya estaba deseando que llegara el verano para poder nadar; cuando llegaba el verano, deseaba que llegara el otoño para jugar con su cometa en el campo.

Javier tenía una amiga, Carmen. Cuando la veía pensaba: -Me gustaría casarme con ella. ¿Por qué no seremos mayores ya?

Si, el deseo de Javier siempre era el mismo:-¿Por qué el tiempo no corre más?¡No quiero esperar, quiero tener las cosas ya!

Un día, después de correr por el campo se sentó a descansar bajo un árbol. Una anciana lo miraba con dulzura y le enseñó una caja plateada de la que salía un "hilo" y le dijo:
-Mira, Javier. Este hilo tan fino es el hilo de la vida. Si quieres que el tiempo corra, no tienes más que tirar de él. Un poquito de hilo corresponde a una hora de vida. Sólo te mando una cosa. No se lo digas a nadie. Toma y ¡buena suerte!

Javier se metió la caja en el bolsillo y volvió a su casa. Un día después, la profesora lo vió mas distraido que nunca y lo riñó. Javier estaba harto de tantas reprimendas y pensó en utilizar el "hilo" para acortar la jornada en la escuela. Cada mañana tiraba un poco del hilo y apenas empezaba la clase oía la voz de la profe que decía:
-La clase ha terminado, podéis marcharos.
Y Javier se iba a jugar.

A los pocos días, empezó a pensar:-¡Qué bien si pudiera empezar a trabajar!

Una noche daba vueltas y mas vueltas en la cama y tardaba mucho en dormirse. Decidió dar un gran estirón al hilo. A la mañana siguiente se despertó ya con bigote, y trabajaba de ingeniero en una fábrica. Era muy feliz con su trabajo, y tiró un poco más del hilo justo para que llegara el final de mes y poder cobrar.

Un día se acordó de Carmen. la buscó por todas partes y finalmente la encontró.
-¿Quieres casarte conmigo?-le preguntó sin dudarlo.
Carmen le dijo que sí sonriendo pero deberían esperar un tiempo porque aún no se conocían mucho.

Javier le dió otro estirón al hilo y llegó el día de la boda. Fué maravillosa, pero Javier se puso triste porque en medio de la fiesta cayó en la cuenta de que su madre ya tenía los cabellos grises. Se arrepintió entonces de tirar tanto del hilo y prometió no hacerlo más.

Así mantuvo la promesa durante tres años, hasta que un día Carmen le dijo sonriendo que esperaba un hijo. "Esperar" era una palabra prohibida para Javier. No resistió la tentación de abrazar cuánto antes a su hijo y empezó a tirar del hilo un poquito cada día. Una noche tiró demasiado y, a la mañana siguiente se encontró que era más viejo y ya tenía dos hijos: uno en al escuela y el otro en la Universidad. Así, volvió a las andadas: cada vez que tenía un problema, tiraba del hilo...

Una mañana Javier, mientras se afeitaba, descubrió que su pelo empezaba a hacerse blanco. Se sentía cansado e insatisfecho. Ahora su casa estaba vacía. Carmen,¡cómo había envejecido! Mas aún, tenía vacío el corazón. Todo había pasado tan deprisa que no tenía ganas de recordar.-Todo ha pasado como un soplo-, se decía pensativo.

Un día, paseando, se encontró con la anciana que le regaló la caja y lo llamaba:

-Javier, ¿cómo te ha ido?¿El hilo mágico te ha proporcionado la felicidad que buscabas?

Javier, cabizbajo, dijo susurrando:-No sé, todo ha corrido tanto...



Si algún día encuentro una cajita plateada con un hilo colgando pienso correr y correr y lanzarla tan lejos... que mis hijos no puedan nunca encontrarla.

2 comentarios:

  1. Yo creo que sí lo usaría, para momentos de emergencia, quién sabe...

    ResponderEliminar
  2. Naty, pasé para dejarte un saludo desde Buenos Aires.

    abrazos!

    ResponderEliminar