jueves, 4 de noviembre de 2010

En un lejano país

Había una vez, en un lugar muy lejano, un país que se creía el dueño del mundo. En él se encontraban todas las riquezas, los mejores barcos, las playas más maravillosas, los paisajes más diferentes y bonitos que jamás se hayan conocido.
Un día, el rey quiso saber qué había detrás del horizonte, del mar y de la tierra y mandó a su mejor capitán con fuertes barcos para que lo averiguaran por mar y una inmensa caravana por tierra.
En este viaje se descubrieron muchas cosas y grandes riquezas, no solo de oro y plata sino de alimentos necesarios para la vida y objetos muy variados e interesantes: la patata de América del Sur, el café de Colombia, el arroz de China, el algodón de Brasil, las maravillosas especias de los paises orientales, el cuero con su olor famoso del Norte de África, los famosos balones de futbol de Pakistán, la lana de las ovejas de Argentina, el coco refrescante del Caribe, y un etc. etc. grande, grande, pues las cosas encontradas y traídas de estos paises fueron contadas por miles. Con deciros que llegó hasta la pizza de Italia...
Cuando el rey vió tanta riqueza se la dió a su pueblo.
Los años fueron pasando y al pueblo se le olvidó que un día ellos recibieron tantos dones.
Un día, al despertarse, el rey observó llena la plaza de su ciudad de gentes muy diferentes.
"¡Qué raras son estas personas!", y se preguntó: "¿Dónde está mi pueblo?,¿de dónde vendrán?, ¿qué querrán?"
Todos gritaban. "Tenemos hambre, queremos trabajo, os necesitamos".
Pero el rey se asustó y cerró las puertas del palacio. Entonces todos se unieron y le mandaron una carta diciendo:
"Su majestad, queremos que nos devuelva lo que nos pertenece: nuestro café, nuestro cuero, nuestra lana, nuestro oro y plata... Tenemos necesidades, nuestros hijos pasan hambre, nuestras mujeres no saben leer. Nuestros abuelos aún siguen trabajando, nuestros campos están arrasados, no tenemos mucho dónde elegir. Si no nos deja estar en su reino por lo menos devuélvanos lo que nos pertenece."
El rey, al leer esto, no pudo dormir y estuvo toda la noche pensando. Tienen razón, nos trajimos lo suyo y ahora no queremos compartir. No sé que hacer.
De pronto tuvo una idea. Llamó a todos los sabios del reino y les consultó: ¿qué debo hacer? Ellos sabían que el rey quería ayudar pero sin perjudicar a su pueblo:
"Su majestad", le dijeron," ¿por que no consulta al pueblo y hace lo que le digan?"
"¡ Maravilloso!", contestó el rey. Y así lo hizo.
El pueblo fue convocado: ancianos, mujeres, niños, hombres, jóvenes... Todos estaban en las urnas para votar lo siguiente:
"Compartimos nuestra vida, nuestra comida, nuestro trabajo, nuestro sol, nuestra alegría.... con los que llaman a nuestro país."
El "SI" fue la mayoría. El rey vió el corazón de su pueblo y las personas que llegan a este reino no solo tienen lo suyo sino que se enriquecen con lo nuestro. Desde ese momento el país cambió de nombre. Ahora se llama...España?

11 comentarios:

  1. y si todo se concentrase en el precioso país... qué sería de las tierras y las culturas de las víctimas (los pueblos robados), por qué tendrían que llamarse finalmente todos españa y no perú?
    ¿por qué no picar más alto y al final el pueblo avaricioso descubre que repartiendo vive más feliz porque la felicidad de los otros es la suya propia, y además se liberan de la paranoia de armarse para defenderse de unos enemigos que ellos mismos han creado?
    por qué no al final todo el planeta se llama MUNDO y se eliminan las fronteras porque todos los pueblos con sus diferencias forman parte de una misma familia???
    ...se me ocurre proponer...
    mil besos

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  2. Sería genial, juan miguel pero es un cuento para niños. Y hay que ir poco a poco, que sepan que debemos admitir a todos (porque oyen muchos comentarios xenófobos, hoy, aquí)), que lo que tenemos es porque es compartido, que la unión hace la fuerza, el respeto, que unos dependemos de otros...
    Pero lo ideal sería que llegáramos a tu idea. Si, estoy segura de ello, eso sería lo ideal.
    Muchos besos

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  3. Hola Natty, vengo de Segunda cita, disculpa el atrevimiento...
    Debo decirte que me encanta tu entrada, me encanta tu estilo pedagógico...Si tan solo entendiéramos que en el mundo cabemos todos, que todos somos valiosos, que no hay distinciones a la hora de hablar de dignidad humana y satisfacción de necesidades humanas!!!!
    Un cordial saludo desde Colombia

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  4. Gracias Lorena por visitarme. Me alegro que te guste el cuento. Lo colgué en Segunda cita para compartirlo pero no muy segura de si será bien aceptado. A veces allí me veo perdida por no conocer la realidad de muchas opiniones. Aún así sigo aprendiendo para poder enseñar.
    Besos.

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  5. Multimediario,
    Un nombre maravilloso para un país utópico que algún día podría existir. Yo me conformo con que a corto plazo todos sean bienvenidos y nadie se sienta rechazado como ya veo que está empezando a pasar.
    Un saludo.

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  6. Creo que de una forma muy sutil, relataste a tus alumnos la realidad del despertar del gigante latinoamericano. Tremendo.

    Saludos.

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  7. Aupa Natty, sin ánimo de ofenderte, me encanta tu ingenuidad. (no quiero decir que seas más o menos lista que nadie sino que estás descubriendo criterios y razones que antes no conocías).
    Cuando digo que me encanta, es porque descubres cosas a través de segunda cita (o personas que la visitan y por supuesto, el citador) que hasta ahora, aún estando ahí, no habían entrado en tu mundo.
    Como quiera que he leído algún comentario tuyo en otros blogs y sé que andas leyendo algún libro de la editorial Txalaparta, por si no te lo han recomendado todavía o no lo conoces, te recomiendo "la mujer habitada" de Gioconda Belli, escritora nicaraguense.
    No me gustan las comparaciones, pero cuando te leo me viene ese libro a la cabeza.
    Por cierto, tu cuento es bonito y didactico, pero estoy más con Juan Miguel en cuanto a que las personas deberían desarrollarse en sus pueblos y no tener que ir a otros por necesidad VITAL al haberles robado sus recursos o haberles ocupado porque su situación geográfica es la mejor para los intereses de los ocupantes.
    Por cierto, contigo también se aprende. Musu bat... Lebis.
    Ah!, es cierto, yo me acuerdo mucho de mi abuela materna porque siempre tenía algún dicho o refrán para describir situaciones y personas que, hoy. desde la distancia de la infancia y la crítica de la madurez, me parecen rotundas.
    Olé por nuestras abuelas!

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  8. Gracias Lebis, me encantan tus sugerencias y estoy contigo en no tener que ir a otros sitios por necesidad (soy hija de emigrantes y nací en otro país cuando mis padres decidieron buscar un comienzo mejor para la familia. Por suerte con 5 años volví a mi ciudad).
    En cuanto al cuento, aclaré en Segunda Cita que era para niños. Pedagógicamente se habla de objetivos y mi objetivo concreto en este cuento es el respeto a la inmigración y su aceptación como derecho del individuo a buscar lo que necesite o desee dónde quiera (comida, estabilidad, amor...).
    Mi abuela materna tiene que ver mucho con mi carácter. Algún día le dedicaré una entrada.
    Gracias por visitarme. Besos.

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  9. Donde quiera que estemos, en todo caso yo estoy convencida de que los etnocentrismos nos hacen mucho daño, han cobrado miles de vidas y además, por ese amor y apego obsesivo a lo que uno cree que es, puede perderse del patrimonio de la humanidad en cuanto a música, arte, cultura, conocimiento y humanismo propiamente dicho se refiere...
    Por eso me gusta tanto este relato
    Saludos

    Y a mí me pasa lo mismo en segunda cita Natty, a veces me pierdo entre ese mar de diferencias...pero soy adicta ya...

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