A veces nos basta un simple gesto para ayudarles, por ejemplo con la palabra. A Tony, en la adversidad más absoluta e injusta le quedó la palabra y yo, tremendamente sensibilizada con lo que leí quise ayudarle a él y a sus compañeros.
Recordé a Blas de Otero....
EN EL PRINCIPIO
Si he perdido la vida, el tiempo, todo
lo que tiré, como un anillo, al agua,
si he perdido la voz en la maleza,
me queda la palabra.
Si he sufrido la sed, el hambre, todo
lo que era mío y resultó ser nada,
si he segado las sombras en silencio,
me queda la palabra.
Si abrí los labios para ver el rostro
puro y terrible de mi patria,
si abrí los labios hasta desgarrármelos,
me queda la palabra.
UN LUGAR DE RETIRO
Antonio Guerrero
Poemas escritos durante su estancia en el Hueco en la prisión de Oklahoma desde el 26 de Enero hasta el 12 de Febrero del 2010....
26 de enero de 2010 Sucede que la injusticia sigue. Sucede que llevo caja negra. Sucede que soy yo quien lo dice. Sucede que quisiera que me creas. Sucede que vuelo sin temores. Sucede que sacudo mis venas. Sucede que dos soles se cruzan. Sucede que oscurecen las piedras. Sucede que el olor no es de campos. Sucede que mi hora tiene dueño. Sucede que se unen las paredes. Sucede que un hermano sonríe. Sucede que me nace en el pecho una serenidad y sucede. |
27 de enero de 2010 Cuando cierran la puerta de hierro silbadores vientos de huracán encima se me echan y me apagan el candil, parpadeando en mis manos. La celda se vuelve una laguna en la que yacen palomas muertas y por mi trepa su olor a espanto como si las sombras me embistieran. Con mi inofensivo corazón desgarro el silencio congelado, adelgazo ausencias prolongadas hasta que la larga noche pasa y todas las tinieblas se esfuman envueltas en la luz matutina. |
28 de enero de 2010 Este origen de día sin rumbo que sujeto al viento de la vida sobre mi esparce luz de aurora nunca es perdida, sino ganancia. Esta sucesión de atardeceres sin fragancias ni ecos ni colores que fija mi sustancia imperfecta nunca es perdida, sino ganancia. Este tiempo cargado de pausas que no deja mi amor madure, crepúsculo en un paraje oscuro como una vereda interminable entre sombras que crecen y tiemblan, nunca es perdida, sino ganancia. |
29 de enero de 2010 Anocheció mientras leía un libro (el que pudo llegar a mis manos) cuyo argumento vacuo y siniestro apenas para mí tuvo sentido. Pensé en los grandes escritores capaces de recoger la luz y toda la belleza del mundo en paginas imperecederas. Cerré el libro y cerré mis ojos, en ese instante me vi rodeado de un resplandor de sol y de luna, de amor y de paz, y comprendí: lo que buscamos en muchos libros lo atesoramos dentro del alma. |
30 de enero de 2010 Soy dichoso por este aislamiento donde a mis anchas holgazaneo mientras contemplo mi alma vagar por la lejanía hasta perderla. Soy dichoso por este silencio cuando puedo escucharme a mi mismo sin que nada me turbe de afuera, sin que el tiempo me busque y me encuentre. Soy dichoso así, ni más ni menos, sin pensar en ello, respirando los átomos que nos entremezclan, metido en el corazón de un ser dueño de un aliento incalculable, esparciéndose por el espacio. |
31 de enero de 2010 Que no me dejen mirar la luna ni el árbol seco del lento invierno, que me prohíban prender el fuego, jugar al sueño con la ceniza, no significa que esta perdido ese amor puro que con mis ojos y con mis manos forjo y forje para otros ojos, para otras manos. El amor que expira no es amor. El verdadero amor pertenece a todo el tiempo, a la tierra toda, sin temor enfrenta tempestades, resiste hasta el filo de la muerte y, como la natura, es eterno. |
1 de febrero de 2010 Dije no a la quietud mohosa. Me paré sobre el suelo desnudo, di el primer paso, luego el segundo, poco a poco me volvía lluvia. Al inicio, fue el escepticismo y después vino la dependencia. Más adelante apareció la antítesis y con ella el desenvolvimiento. Comencé a girar por las horas con espíritu y ritmo que impelen y a través del éter se deslizan. Cercado por un tedio sin tregua, en la plaza de mi corazón me vi feliz, cantando y bailando. |
2 de febrero de 2010 Noche seductora que me llamas desde los abismos del silencio. !Ah, noche magnánima y magnética, novia del ocio aun inviolada!. Noche errante, hechicera de ojos que tienen el color del arco iris. Noche loca, llena de blancura para al afán añadir insomnio. Noche desnuda sobre la tierra, antes de ir a otra orilla sin nombre abrázame, mírame y permíteme tocar tu cuerpo para sentir el oleaje de queridas playas tan ocultas en la oscuridad. |
3 de febrero de 2010 La muchacha que da las pastillas a los adictos a los calmantes tiene cara de ángel, me recuerda a una novia de tiempos pasados. Ella cada noche hace una ronda, con su voz va rompiendo el silencio y yo abandono lo que hago entonces para verla pasar, un instante. Ella nunca me mira a los ojos en los que muy escondidos guardo tantos rostros de edades y mundos, tantas noches de estrellas sin nombre, tantas rachas de idas y venidas..., la muchacha que da las pastillas. |
4 de febrero de 2010 Vivencias y vocablos buscando respuestas a la nada y al suceso, vienen al recinto del presente como las abejas al panal. El batir de sus alas inunda el aire de trepidantes llamas y una cristalina miel envuelve el eco de la palabra amor. Con apasionada sed de luz, de aromas, de voces y de formas, tras lo invisible se me va el alma y sólo ve la faz de un ayer girando hasta que desaparece en lentas espirales de humo. |
5 de febrero de 2010 El silencio es verde, de improviso, mi corazón fértil, lentamente habituado a cosas naturales, viste de hojas verdes del deseo. Recuerdos del bosque y de la lluvia emergen con su aliento escondido y siento otra vez en mi garganta un ardor de jazmines y sangre. Sin parar, mi corazón evoca miradas fieles al amor puro, besos al abrazo de la noche, caricias que dieron paz al alma. Pero, por dónde andarán sus ojos, sus labios, sus suaves manos puras? |
6 de febrero de 2010 Mujer, rompes en mi pensamiento como los oleajes en las playas; entras de repente en mis arenas, luego al mar regresas otra vez. Así eres tu, marejada indócil, vaivén incesante de las aguas donde se ahoga mi corazón contando tu cuerpo ola a ola. Ya conoces que regresare, sin embargo, no sabes tu nombre ni sabes que recuerdo tus besos. Tal vez, un día cuando tu piel destruya este castillo de ausencias te abriré la trama de mis versos. |
7 de febrero de 2010 Hoy he escrito a varias amistades, a ninguna le narro el rosario de vicisitudes que he pasado (más que las que todos imaginan). En mis líneas les hago saber que esta celda, sin nada y sin nadie, para mí es un lugar de retiro donde me libro de mis cadenas. Como otros de mi vida, este hueco, sin prisa lo relleno de luz para que de su oquedad aflore el resplandor que a mi corazón convierte en surtidor del amor, de este amor con que a todos escribo. |
8 de febrero de 2010 Anoche, cuando un hosco silencio como el manto de la oscuridad me cubría, y la incertidumbre de crudas nevascas me embriagaba, el amor provoco un ramalazo en las fibras de mi corazón, punzadas de perpetuas ausencias. Por un buen tiempo estuve despierto. Anoche, frente a la soledad resonante de ayeres me dije: Todos los desvelos de mi vida han desbrozado esta larga senda por donde los peligros de muerte no han podido malograr la luz. |
9 de febrero de 2010 En mi soledad digo tu nombre y sus letras son un sol naciente entre las nubes de la alborada donde con lumbre se abren las flores. Al andar lo digo en las esquinas que forja y deshace el pensamiento y en mi soliloquio con tu nombre ni luces ni sombras distingo. Lo digo sin que nadie me escuche en una voz de intima emoción que apenas hiere el aire y el silencio. A las preguntas del firmamento respondo, levantando la vista hasta la eternidad de tu nombre. |
10 de febrero de 2010 Seguro, en medio del temporal, me imagino andando por el mundo como si caminaran conmigo hombro a hombro brazos invencibles. Pasaran con sus alas oscuras otras tantas gélidas noches sin poder aniquilar la aurora del día final de la injusticia. Hermanos y hermanas de la lucha solidaria que se multiplica cual las hojas en la primavera: ¡Ustedes nos darán la victoria, ustedes estarán con nosotros en la gran jornada del regreso! |
11 de febrero de 2010 Desde mi niñez de hogar y escuela, en mi juventud de sitio en sitio, toda mi vida, y hasta en mis sueños, tú has habitado en mi corazón. Isla de soles que a todos brindas palmas y playas, aves y frutos, aquel verano abrasador que amo, aquel árbol libre en la campiña, dispuesta a diario a cuidar la flor indispensable de la esperanza en mí tu alientas siempre la paz. Tu amor me impulsa, tu amor me colma de luz, ¡oh, patria!, vendrá el regreso y el beso tuyo que nos espera. |
12 de febrero de 2010 Cruzando el corazón del azul insondable, confuso de rutas, mas, acompañado de esperanzas insignificantes pero ciertas, miro la callada geografía sumergida en un fulgor de nieve, territorio de lo indefinido, espejismos de la libertad. Hay cansancio, pero no me rindo. Hay cortaduras, pero no sangro. Tanta fatiga, tantos dolores calmo con el amor de mis sueños hecho de una materia invencible que no reconocen los guardianes. |